El Señor manda a sus discípulos de dos en dos a anunciar el Evangelio, para significar los dos preceptos de la caridad, es decir, hacia Dios y hacia el prójimo, por el hecho que la caridad no puede ejercitarse entre menos de dos personas. De hecho, nadie, hablando con propiedad, ejercita la caridad hacia sí mismo, porque el amor debe tender hacia otro para poder llegar a ser caridad.
Este gesto del Señor que envía a sus discípulos a predicar de dos en dos, significa también, aun sin comentar la palabra, que de ningún modo debe ejercer el ministerio de la predicación, quien no tiene caridad hacia el prójimo.
Homilías sobre los Evangelios 17, 1
(La traducción es nuestra)