domingo, 27 de septiembre de 2009

28 settembre - Personas y sociedades realizadas

Las primeras comunidades cristianas percibieron perfectamente el mensaje de Jesús, y lo vivieron socialmente, hasta el punto de llegar a ser un sólo corazón y un alma sola. Tradujeron en vida, en fin, el misterio de Dios-Trinidad no limitándolo a la vida del espíritu, sino también llevándolo a las relaciones sociales: la comunión de los bienes, por ejemplo, es la confirmación efectiva de lo que creen y proclaman. Para ellos, adherir a la fe y no actuar según el modelo propuesto por la fe es una mentira che conduce a la muerte: no sólo espiritual, sino también psicológica y eclesial. (…)
Trabajar, sufrir e incluso morir por ese objetivo no sólo coincide con hacerse partícipe del plan de Dios sobre cada persona y sobre la humanidad entera alcanzando la salvación en el más allá, sino que también significa encontrar humanamente la expresión máxima de las propias potencialidades (…) que hace experimentar de alguna manera que se vive la misma aventura de Jesús, el hombre-Dios.

Silvano Cola




Scritti e testimonianze
Gen’s, Grottaferrata 2007, p. 104
(La traducción es nuestra)

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