Todos los seres de la creación tienen necesidad de nutrirse para vivir; por esto el buen Dios ha hecho crecer los árboles y las plantas; es una bella mesa bien servida donde todos los animales vienen a tomar cada uno el alimento que les conviene.
Pero también el alma debe nutrirse… Cuando Dios quiso dar una nutrición a nuestra alma para sostenerla en la peregrinación de la vida, Él posó su mirada sobre la creación y no encontró nada que fuese digno. Entonces se replegó sobre sí y decidió darse él mismo… Oh, alma mía, cuánto eres grande, precisamente porque sólo Dios puede saciarte!
San Juan Maria Vianney
Scritti scelti
Città Nuova, Roma 1975, p. 95
17 maggio - Croce, libro di sapienza
Hace 14 años
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