martes, 27 de abril de 2010

27 de abril - La red de los que creen


Dios no tiene necesidad para su Iglesia de los grandes, sino de los pequeños, y quien entiende su llamada se hace pequeño y amigo de los pequeños. (...)
Sólo una Iglesia que sabe dirigir su invocación de Dios será capaz de oír la llamada de Dios. Sólo si nosotros dirigimos nuestras oraciones a Dios, escucharemos lo que Dios tiene que decirnos, recibimos de Dios lo que tiene que darnos. (...)
En fin, la vocación crece sólo allí donde encuentra la unidad, el amor mutuo. Muy a menudo falta una red de amor, de comunicación, de verdadero intercambio, para cada uno puede encontrar al Señor en el centro, y sí mismo en su lugar al lado del Señor, y en el todo. Cuando la red está floja y débil, los ésta debería retener en ella, pasan por ella. Necesitamos de la estrecha de los que creen en la llamada de Dios, para que la llamada sea recibida y vivida.

Klaus Hemmerle
Scelto per gli uomini

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