La Charta Magna de la doctrina social cristiana comienza allí donde María canta: "Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos" (Lc 1, 52-53).
En el Evangelio está la más alta y fascinante revolución. Y quizás está en los planes de Dios que incluso en esta época, tan inmersa en la solución de los problemas sociales, sea la Virgen quien nos dé a todos los cristianos una mano para edificar, consolidar, erigir y mostrar al mundo una sociedad nueva en la cual resuene potente el Magnificat.
Chiara Lubich
María, trasparenza di Dio
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