miércoles, 19 de mayo de 2010

14 de mayo - Estudio constante y liberador


El sacerdote debe ser gentil sin rebajarse; dulce pero fuerte, atraer las almas, pero poniendo oportunos límites, discretamente paciente, manso sin excesos y siempre, siempre prudente.
Lo que le hace tanto daño a los sacerdotes es la falta de estudio. No deberían poner nunca de lado el estudio que les permite profundizar sin fin. Los libros buenos y santos son la salvación de los sacerdotes y el amor por ellos les libera de muchos males.
Además del hecho que el estudio le permite al sacerdote ser culto, competente y estar al día para poder aconsejar convenientemente y servir solamente a Dios y a las almas, este estudio constante -repito- lo liberará de una infinidad de peligros.
Para dedicar tiempo a los estudios se necesita recogimiento, virtud ésta imprescindible para el corazón del sacerdote y para sus relaciones con el mundo.


CONCHITA CABRERA DE ARMIDA
Sacerdotes de Cristo


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