domingo, 22 de noviembre de 2009

22 de noviembre - Iglesia. más allá de la soledad


Se cuenta que un infeliz cura, la tarde de su apostasía, haya dicho a un visitante que se congratulaba con él: «Ya no soy más que un filósofo, sólo un hombre, pues». Amarga reflexión, !pero tan justa! Había dejado la Morada fuera de la cual para el hombre no habrá otra cosa más que exilio y soledad.
Muchos no lo sienten porque viven (…) «arraigados al mundo como las algas en las rocas marinas» (Clemente de Alejandría) (…). O buscan por distintos caminos, alguna subrogación de la Iglesia para tratar de engañar su propia sed. Pero quien comprende en lo profundo de su ser (…) la Llamada que la ha suscitado, comprende que ni la amistad, ni el amor ni ninguno de los grupos sociales que sostienen su existencia pueden calmar su sed de comunión (…).
Nada de lo que el hombre pueda crear o de lo que queda en el plano humano sacará al hombre de la soledad. Ésta más bien se profundiza en la medida que el hombre se descubre a sí mismo. Porque no es otra cosa que el contrario de la comunión a la cual está llamado. Tiene su amplitud y profundidad.
Henry de Lubac

Méditation sur l’Eglise
Paris 1968, pp. 194-195
(La traducción es nuestra)

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