sábado, 28 de noviembre de 2009

28 de noviembre - Un dinamismo de amor

Los pastores no están separados del rebaño, hacen parte de él, sujetos como están también ellos, a todas las exigencias de la vocación cristiana. De hecho, su ministerio no los autoriza a formar una casta aparte; más bien los pone al servicio de la comunión en medio de todos.

En cuanto al sacerdocio común, sería alterarlo el reducirlo a la práctica del culto individual (...). Puesto que el culto cristiano consiste en el transformar el mundo por medio de la caridad divina, su tarea principal es la de establecer y favorecer la comunión. Uniéndose con una vida de amor al movimiento del ofrecimiento de Cristo, el pueblo sacerdotal realiza un dinamismo de amor que se propaga en el mundo y lo transforma progresivamente.

Esta tarea, está claro, tiene más relación con una actividad mediadora que con las ofrendas rituales concebidas a la manera del culto antiguo. Se sabe, sin embargo, que no es posible realizarla sin la mediación sacerdotal de Cristo y ésta no puede ser acogida si no se manifiesta. De allí la exigencia de un ministerio, en el cual se hace visible y operante.




Card. Albert Vanhoye


Sacerdoti antichi e nuovo sacerdote
Elledici, Leumannn (Torino) 1990, p. 243
(La traducción es nuestra)

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