lunes, 30 de noviembre de 2009

30 de noviembre - SAN ANDRÉS, APÓSTOL - Laicos corresponsables


Es necesario mejorar los planes pastorales para que, respetando las vocaciones y las funciones de los consagrados y de los laicos, se promueva gradualmente la corresponsabilidad de todos los miembros del pueblo de Dios. Esto exige un cambio de mentalidad, en particular por lo que respecta a los laicos, pasando de considerarlos "colaboradores" del clero a reconocerlos realmente como "corresponsables" del ser y actuar de la Iglesia, favoreciendo la consolidación de un laicado maduro y comprometido.

Esta conciencia de ser Iglesia, común a todos los bautizados, no disminuye la responsabilidad de los párrocos. Precisamente a vosotros, queridos párrocos, os corresponde promover el crecimiento espiritual y apostólico de quienes ya son asiduos y están comprometidos en las parroquias: ellos son el núcleo de la comunidad que se convertirá en fermento para los demás.


Benedicto XVI

Asamblea Eclesial de la Diócesis de Roma, mayo 2009

Discurso Inaugural

domingo, 29 de noviembre de 2009

29 de noviembre - María modelo de la Iglesia

María, laica como nosotros laicos, nos evidencia que la esencia del cristianismo es el amor y también sacerdotes y obispos, antes de ser tales, deben ser verdaderos cristianos, crucificados vivos, como lo fue Jesús que en la cruz fundó su Iglesia.
María además, pone de relieve el aspecto fundamental del amor que la hace "una", presenta al mundo la Esposa de Cristo tal cual Jesús la ha deseado y como la esperan todos los hombres de hoy: caridad ordenada, caridad organizada. Y sólo subrayando este fundamental aspecto, la Iglesia hoy puede cumplir dignamente la función de contacto y diálogo con el mundo, al cual a menudo le interesa poco la Jerarquía, pero es sensible al testimonio del amor en la Iglesia, alma del mundo.


Chiara Lubich
La Doctrina Espiritual
(La traducción es nuestra)

sábado, 28 de noviembre de 2009

28 de noviembre - Un dinamismo de amor

Los pastores no están separados del rebaño, hacen parte de él, sujetos como están también ellos, a todas las exigencias de la vocación cristiana. De hecho, su ministerio no los autoriza a formar una casta aparte; más bien los pone al servicio de la comunión en medio de todos.

En cuanto al sacerdocio común, sería alterarlo el reducirlo a la práctica del culto individual (...). Puesto que el culto cristiano consiste en el transformar el mundo por medio de la caridad divina, su tarea principal es la de establecer y favorecer la comunión. Uniéndose con una vida de amor al movimiento del ofrecimiento de Cristo, el pueblo sacerdotal realiza un dinamismo de amor que se propaga en el mundo y lo transforma progresivamente.

Esta tarea, está claro, tiene más relación con una actividad mediadora que con las ofrendas rituales concebidas a la manera del culto antiguo. Se sabe, sin embargo, que no es posible realizarla sin la mediación sacerdotal de Cristo y ésta no puede ser acogida si no se manifiesta. De allí la exigencia de un ministerio, en el cual se hace visible y operante.




Card. Albert Vanhoye


Sacerdoti antichi e nuovo sacerdote
Elledici, Leumannn (Torino) 1990, p. 243
(La traducción es nuestra)

jueves, 26 de noviembre de 2009

27 de noviembre - Signo eficaz de Cristo


El sacerdote debe ser cercano a la comunidad, debe vivir con los hombres, comprenderlos y hacerse uno con ellos; pero este despojarse, esta sencillez de ser cristiano entre los cristianos, dirá algo, representará en verdad el amor de Cristo, solamente si el sacerdote, siendo cercano a los hombres con modestia y sencillez, lleva en sí mismo toda la grandeza y altura del mandato y del carácter sacramental de su ministerio.
Sólo así es signo eficaz y presencia del Cristo que se despojó a sí mismo.

Klaus Hemmerle

Il sacerdote oggi
Gen’s 12 (1982/6) p. 11
(La traducción es nuestra)

miércoles, 25 de noviembre de 2009

26 de noviembre - Un solo Maestro


La sabiduría del Evangelio no comporta castas; una humilde criada puede saber más que un teólogo. El Cura de Ars más que Lamennais. "Uno solo es vuestro Maestro, vosotros sois todos hermanos" , dijo Jesús; y para que todos seamos hermanos, uno solo tiene que ser el Maestro, como único es el Padre. Y su magisterio es éste: que todos somos hermanos. Por eso quien tiene funciones más altas, está situado más bajo: los criterios del mundo se ven invertidos porque permanece el nivel del amor, de la fraternidad.
Bajo esta gracia, esta generosidad produce una ascesis radical: o todo o nada. Dios es todo. Dios solo. Quien acepta (...), acepta el Evangelio; o sea, deja padre, madre, campos, su propia alma, para llenar el vacío con el Espíritu de Dios. Y toma la cruz para domar su Yo.



Igino Giordani
Memorias de un Cristiano Ingenuo, 222-223

25 de noviembre - Discípulos y hermanos

Los sacerdotes del Nuevo Testamento, aunque por razón del Sacramento del Orden ejercen el ministerio de padre y de maestro, importantísimo y necesario en el pueblo y para el pueblo de Dios, sin embargo, son, juntamente con todos los fieles cristianos, discípulos del Señor, hechos partícipes de su reino por la gracia de Dios que llama. Con todos los regenerados en la fuente del bautismo los presbíteros son hermanos entre los hermanos, puesto que son miembros de un mismo Cuerpo de Cristo, cuya edificación se exige a todos.

Los presbíteros, por tanto, deben presidir de forma que, buscando, no sus intereses, sino los de Jesucristo, trabajen juntamente con los fieles seglares y se porten entre ellos a imitación del Maestro, que entre los hombres "no vino a ser servido, sino a servir, y dar su vida en redención de muchos" (Mt., 20, 28).


Concilio ecuménico Vaticano II

Presbyterorum Ordinis, 9

martes, 24 de noviembre de 2009

24 de noviembre - Iglesia familia


Tras la llamada de Jesucristo, el Maestro, la comunidad de sus discípulos, que es la Iglesia, ha llegado a ser una Familia de hijos e hijas del Padre (cf Mt 5, 16.45.48; 6, 26.32;7, 11).

El amor vivido por el Hijo unigénito se convierte en la característica de los miembros de esta Familia, llamada a seguir el ejemplo del hermano mayor con el servicio fraterno o diakonía. En efecto, después de haber lavado los pies a sus discípulos, Jesús les declara: "Os he dado ejemplo, para que así lo hagáis también vosotros". (Jn 13, 15)




Sínodo de los Obispos para África 2009
Instrumentum laboris, 40
(La traducción es nuestra)

lunes, 23 de noviembre de 2009

23 de noviembre - A imagen de Dios Trinidad

La Iglesia es comunión, y la salvación es vivir en comunión. (…)
La misma cultura moderna está poniendo en evidencia que la creatura humana puede encontrar su propia verdad y afirmar su singularidad misma únicamente en la comunión.
Comunión y no división, singularidad y no confusión reflejando así el ser creado a imagen y semejanza de aquel Dios que la fe nos presenta como trinitario. (…)
Que esta comunión de los cristianos en la Iglesia tenga que ser visible es una indicación precisa de Jesús: «para que el mundo crea»; y no es otra cosa que una expresión social del misterio trinitario, que a su vez es lo que caracteriza al cristianismo frente a las otras religiones.

Silvano Cola

Scritti e testimonianze
Gen’s, Grottaferrata 2007, pp. 39-40.42
(La traducción es nuestra)

domingo, 22 de noviembre de 2009

22 de noviembre - Iglesia. más allá de la soledad


Se cuenta que un infeliz cura, la tarde de su apostasía, haya dicho a un visitante que se congratulaba con él: «Ya no soy más que un filósofo, sólo un hombre, pues». Amarga reflexión, !pero tan justa! Había dejado la Morada fuera de la cual para el hombre no habrá otra cosa más que exilio y soledad.
Muchos no lo sienten porque viven (…) «arraigados al mundo como las algas en las rocas marinas» (Clemente de Alejandría) (…). O buscan por distintos caminos, alguna subrogación de la Iglesia para tratar de engañar su propia sed. Pero quien comprende en lo profundo de su ser (…) la Llamada que la ha suscitado, comprende que ni la amistad, ni el amor ni ninguno de los grupos sociales que sostienen su existencia pueden calmar su sed de comunión (…).
Nada de lo que el hombre pueda crear o de lo que queda en el plano humano sacará al hombre de la soledad. Ésta más bien se profundiza en la medida que el hombre se descubre a sí mismo. Porque no es otra cosa que el contrario de la comunión a la cual está llamado. Tiene su amplitud y profundidad.
Henry de Lubac

Méditation sur l’Eglise
Paris 1968, pp. 194-195
(La traducción es nuestra)

sábado, 21 de noviembre de 2009

21 de noviembre - el hermano "parte" de mi


Espiritualidad de la comunión significa, además, capacidad de sentir al hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místico y, por tanto, como « uno que me pertenece », para saber compartir sus alegrías y sus sufrimientos, para intuir sus deseos y atender a sus necesidades, para ofrecerle una verdadera y profunda amistad. Espiritualidad de la comunión es también capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un « don para mí », además de ser un don para el hermano que lo ha recibido directamente. En fin, espiritualidad de la comunión es saber « dar espacio » al hermano, llevando mutuamente la carga de los otros (cf. Ga 6,2) y rechazando las tentaciones egoístas que continuamente nos asechan y engendran competitividad, ganas de hacer carrera, desconfianza y envidias.




Juan Pablo II
Novo Millenio Ineunte, 43

jueves, 19 de noviembre de 2009

20 de noviembre - Doble comunión

La idea de la comunión como participación en la vida trinitaria está iluminada con particular intensidad en el evangelio de san Juan. (...)

En el tiempo de la peregrinación terrena, el discípulo, mediante la comunión con el Hijo, ya puede participar de la vida divina de él y del Padre. "Nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn 1, 3). Esta vida de comunión con Dios y entre nosotros es la finalidad propia del anuncio del Evangelio, la finalidad de la conversión al cristianismo: "Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros" (1 Jn 1, 3).

Por tanto, esta doble comunión, con Dios y entre nosotros, es inseparable. Donde se destruye la comunión con Dios, que es comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo, se destruye también la raíz y el manantial de la comunión entre nosotros. Y donde no se vive la comunión entre nosotros, tampoco es viva y verdadera la comunión con el Dios Trinitario.



Benedicto XVI
Audiencia General 29 de marzo de 2006

19 de noviembre - Vive en la luz


Queridos hermanos, este mandamiento que les escribo no es nuevo: es el mismo que ustedes recibieron desde el principio.

Y, sin embargo, esto que les escribo es un mandamiento nuevo.

El que ama a su hermano vive en la luz y no hay nada que lo haga caer.


Primera carta de San Juan 2, 7.8.10

miércoles, 18 de noviembre de 2009

18 de noviembre- Dilatar el corazón - Felicitamos al pueblo zuliano por los 300 años de la Virgen de Chiquinquirá de Maracaibo


Necesitamos dilatar nuestro corazón según la medida del Corazón de Jesús. ¡Cuánto trabajo! Pero es lo único necesario. Una vez hecho esto, todo está hecho.
Se trata de amar a cada uno que llega al lada como Dios lo ama. Y puesto que estamos en el tiempo amemos al prójimo uno a la vez, sin dejar en el corazón residuos de afecto por el hermano encontrado un minuto antes. Total, es el mismo Jesús a quien amamos en todos. Pero si queda el residuo, quiere decir que al hermano precedente ha sido amado por nosotros o por él... no por Jesús. He allí el problema.
Nuestra obra más importante es mantener la caridad de Dios y esto es: mantener el amor en el corazón como Jesús ama. Para ser puros entonces, no hace falta privar el corazón y reprimir en él el amor. Hay que dilatarlo en le Corazón de Jesús y amar a todos. Y así como basta una hostia santo de los millardos de hostias sobre la tierra para alimentarse de Dios, basta un hermano -ése que la voluntad de Dios nos pone al lado- para comulgar con la humanidad que es Cristo místico.


Chiara Lubich

Scritti Spirituali/1
(La traducción es nuestra)

martes, 17 de noviembre de 2009

17 de noviembre - Hacerse "uno" con todos


Solamente con la radicalidad del sacrificio podemos ser testigos de la esperanza, inspirados – como ha escrito Juan Pablo II en la Carta encíclica Redemptoris missio – «en la caridad misma de Cristo y que está hecha de atención, ternura, compasión, acogida, disponibilidad, interés por los problemas de la gente» (n. 89).
Jesús crucificado, en su solidaridad con el último, con el más lejano, el sin-Dios, ha abierto el camino al apostolado a las gentes con el “hacerse uno con todos”. Y Pablo, a su vez, nos comunica a los cristianos cuál es el verdadero apostolado: revelar a cada persona, sin ninguna discriminación, que Dios le está cerca y la ama inmensamente.
En el hacerse “uno” con todos, en la valentía de considerar a cada ser humano, incluso a quien aparentemente es más despreciable o enemigo, como “prójimo” y como hermano, realizamos el contenido central del gozoso anuncio: e la cruz de Jesús, Dios se acerca a todo hombre alejado de él y le ofrece perdón y redención.

Card. François-Xavier Van Thuan


Testimoni della speranza
Città Nuova, Roma 200810, pp. 109-110
(La traducción es nuestra)

lunes, 16 de noviembre de 2009

16 de noviembre - Lo "mejor" de los demás


Una persona que tiene la caridad no es orgullosa: no ama dominar sobre los demás; no se le escucha criticar su conducta; no ama hablar de lo que hacen. Una persona que tiene la caridad no examina cual es la intención de los demás en sus acciones; no cree nunca que actúa mejor que los demás y no se pone nunca por encima de su prójimo; al contrario, esta persona cree que los demás actúan siempre mejor que ella. No se ofende si se le prefiere al prójimo; si es despreciada, queda igualmente contenta porque piensa que merece aún más desprecio.

Miren que para amar al buen Dios y al prójimo no es necesario ser muy eruditos, ni muy ricos; basta tratar de agradar a Dios en todo lo que hacemos; de hacer el bien a todos, a los malos y a los buenos, a los que laceran nuestra reputación, como a los que nos aman.


San Juan María Vianney




De sus escritos (La traducción es nuestra)

domingo, 15 de noviembre de 2009

15 de noviembre - Una hermosa batalla


A veces sucede que los límites y defectos de los demás hacen difícil esta santa obligación de reconocer en ellos la figura de Jesús.

Esto, engañosamente, puede llevarnos a desinteresarnos de ellos y a quedarnos tranquilos, a pensar que en estos casos cesa o disminuye el compromiso de amarlos. Hay que saber perdonar como Jesús ha perdonado. del ejemplo del Maestro aprendemos que no hay excusas o atenuantes para no amar como Cristo quiere que amemos o mejor, como él mismo nos ha amado. (...)

Esta capacidad de ver el lado bueno del otro es el mejor antídoto contra tendencias perniciosas que resaltan lo negativo y la maledicencia, tan comunes en la sociedad humana. Tenemos aquí una hermosa batalla por combatir cada día en las relaciones cotidianas con nuestros hermanos.


Card. Claudio Hummes


Sempre discepoli di Cristo
(La traducción es nuestra)

sábado, 14 de noviembre de 2009

14 de noviembre: Con los ojos de Cristo

El amor al prójimo consiste en el hecho de que yo amo, en Dios y con Dios, incluso a la persona que no me agrada o no conozco. Esto sólo puede realizarse a partir del encuentro con Dios, un encuentro que llega a ser comunión de voluntad, llegando hasta tocar el sentimiento.
Entonces aprendo a mirar a esta otra persona no sólo con mis ojos y con mis sentimientos, sino según la perspectiva de Jesucristo (...) Más allá de la apariencia exterior del otro descubro su anhelo interior de un gesto de amor, de atención, que yo no hago llegar a él sólo a través de las organizaciones dispuestas para ello. Yo veo con los ojos de Cristo y puedo dar al otro mucho más que cosas externamente necesarias: puedo donarle la mirada de amor de la cual tiene necesidad.


Benedicto XVI
Deus caritas est, 18
(La traducción es nuestra)

viernes, 13 de noviembre de 2009

13 de noviembre - Sois miembros los unos de los otros


Si se está en clase, reconocerse; si se está en la oficina, reconocerse; si se está en una casa popular, reconocerse; si se está en parroquia, reconocerse: sois miembros los unos de los otros, si sois miembros de Cristo. Esta es la frase más revolucionaria que se pueda formular: "sois miembros los unos de los otros" (...)
Por eso el hombre que madre Teresa de Calcuta ve en la cloaca a cielo abierto, sucio, hecho un desecho, ella lo recoje como miembro de Cristo, es decir suyo, miembro suyo. Y este reconocerse debe ser visto; si no es visto por los demás, no existe, no es verdadero. Tiene que ser visto, es así como se da testimonio de Cristo, esta es la expresión antes del deseo vehemente de Cristo.

Luigi Giussani

Parole ai preti
(la traducción es nuestra)

jueves, 12 de noviembre de 2009

12 de noviembre: no más pastores de sí mismos

Porque Dios es amor, el sacerdote no podrá nunca separar el servicio a Dios del amor a los hermanos, comprometiéndose en la vía de la caridad. Él está encargado de enseñar una doctrina en la cual el doble mandamiento del amor resume toda la Ley: amor a Dios y amor al prójimo. El sacerdote no puede inculcar y difundir esta doctrina si él mismo no es un auténtico testigo del amor.
Como pastor del rebaño de Cristo, él no puede olvidar que su Maestro llegó a donar la propia vida por amor. A la luz de un ejemplo similar, el sacerdote sabe que no es patrono de sí mismo, sino que debe hacerse todo a todos, aceptando cualquier sacrificio relacionado con el amor. Esto supone un corazón generoso y abierto a la comprensión y a la simpatía de todos.

Juan Pablo II
Angelus
18 de febrero de 1990
(La traducción es nuestra)



11 de noviembre: débil con los débiles

Siendo del todo libre, me hice esclavo de todos para ganar a los más posibles.
Con los judíos me hice judío para ganar a los judíos; con los sometidos a la ley, como si yo lo estuviera, aunque no lo estoy, para ganar a los sometidos a la ley.
Con los que no tienen ley, como si yo no la tuviera -aunque no rechazo la ley de Dios pues estoy sometido a la del Mesías-, para ganar a los que no tienen ley.
Me hice débil con los débiles para ganar a los débiles.
Me hice todo a todos para salvar como sea a algunos.
Y todo lo hago por la buena noticia, para participar de ella.

1Cor 9, 19-23

martes, 10 de noviembre de 2009

10 de noviembre - Los elegiste Tú, no yo



Tú me has enviado entre los hombres. Has cargado sobre mis hombros el grave peso de tus poderes y la fuerza de tu gracia, y me has dicho que camine. Dura y casi ruda es tu palabra, que me envía lejos de ti, en medio de tus criaturas a las que quieres salvar, entre los hombres.
Yo he tratado, sí, desde siempre, con ellos, incluso antes que tu palabra me consagrase a esta misión.
He amado el amar y el ser amado, el ser buen amigo y el tener buenos amigos. Es hermoso estar así con los hombres, e incluso fácil. Porque se va sólo con aquellos que uno elige y se permanece mientras se gusta de ello. Pero ahora no: los hombres, a los que soy enviado, los has elegido tú, no yo: ni debo ser su amigo, sino su siervo. El hecho de que me fastidien no es ya el signo que hace que me vaya, como hace tiempo, es más bien tu orden de permanecer entre ellos.

Karl Rahner

Tu sei il silenzio
Queriniana, Brescia 1969, p. 63
(La traducción es nuestra)

9 de noviembre (Dedicación de la Basílica de Letrán) - "Hacer casa a los demás"


Una persona noble que ha encontrado su morada en Dios tiene que transformarse a su vez en morada para muchísimos más. Nos ofrecemos recíprocamente una patria espiritual y ésta es una verdadera tarea. "Hacer casa" a alguien para mí significa: ser desinteresado. Pablo habla del “constante fluir de personas”. Él quisiera “hacerse todo para todos”.
Así pues, si logramos donarnos desinteresadamente a las personas y ofrecerles una patria espiritual, entonces las conducimos fácilmente a encontrar incluso su patria en Dios. Pero si falta algo, entonces quiere decir que un eslabón de la cadena no está en su lugar. Por tanto la cuestión consiste en que las personas se "hagan casa" recíprocamente.

Josef Kentenich
P. Wolf, Berufen - geweiht - gesandt, Schönstatt,
Vallendar-Schönstatt 2009, p. 91
(La traducción es nuestra)

8 de noviembre - El arte de las artes

Frente a la creciente escasez de sacerdotes en tantas Iglesias locales y la continua petición de servicios litúrgicos, existe el riesgo que la vida del sacerdote se reduzca a una secuencia de acciones sacras sin relaciones personales profundas con sus prójimos. (…)
Para llegar a ser hombres de comunión y de diálogo, debemos dar una completa atención a cada persona: todos son hijos e hijas de Dios, todos tienen un valor infinito.

Según la Regla pastoral de san Gregorio Magno, que tanto ha influido en la vida en la vida de los pastores a través de los siglos, “el arte de las artes” es la capacidad de conducir hacia a Dios las personas confiadas a nuestro servicio. Pero, ¿cómo podemos guiar a los otros, sin el esfuerzo constante de establecer relaciones interpersonales profundas con ellos en el amor y en la verdad de Cristo, sin escuchar a nuestro prójimo, vaciándonos de nosotros mismos frente a cada ser humano?


Toni Weber


E. Cambón – S. Cola, L’ansia di Toni Weber
Città Nuova, Roma 1994, p. 44

(La traducción es nuestra)

viernes, 6 de noviembre de 2009

7 de noviembre - Llevar a todos en el corazón


Jesús crucificado (…) quien siendo rico, se hizo pobre y «se anonadó, tomando la forma de siervo» (cf Fil 2, 7), sabe enseñar al sacerdote la genuina actitud cristiana que ha de ser asumida hacia todos los hombres que se le confían: servir. (…)

Este es Cristo; así quiere él al sacerdote. Servir, “hacerse uno” con todos hasta el fin, menos en el pecado... y así ganar para Cristo el mayor número (cf 1Cor 9, 19).

Abrir el diálogo con cada prójimo, comprenderlos, llevarlos a todos en el corazón!
Si su servicio sacerdotal tiene como sostén este entrañable amor, este servicio del corazón, el sacerdote verá florecer, en la porción de Iglesia que se le ha confiado, esa maravilla que hoy el Espíritu Santo llama a los cristianos que le revelen al mundo: el sacerdocio real; fieles convencidos que no agotan los deberes de su fe en las pocas prácticas dominicales, sino que viven el bautismo muriendo, momento por momento, en Cristo, en el amor a él y entre ellos, y en él resucitando.

Chiara Lubich


Il sacerdote oggi, il religioso oggi
Gen’s 12 (1982/6) p. 5
(La traducción es nuestra)

jueves, 5 de noviembre de 2009

6 de noviembre - Si amas, eres

Esto me parece importante: acercarse al sacerdocio esperando ser capaces de morir por todos, de morir a sí mismos por todos. Apagar toda llama de saber y ser sólo amor. Dios es Amor. Si amas, eres. Si no amas, no eres.

Hay que considerar al otro, a cualquier persona, como insustituible, como único en el mundo. (…)

Cuántas veces hemos leído en s. Pablo que aunque tuviera el don de profecía y diera todo lo que tengo, pero no tengo la caridad, no soy nada. Todo el Evangelio está allí. «Cualquier cosa hecha al más pequeño, la hiciste a mí». Cualquier cosa que haga al más grande desgraciado del mundo la hago a Jesús.

Esta es la capacidad de hacer luminosa la noche. (…) Si uno se convence de esto, hace un gran descubrimiento. Se comprende que finalmente el mundo podría ir bien.



Silvano Cola

Scritti e testimonianze
Gen’s, Grottaferrata 2007, pp. 53-54
(La traducción es nuestra)

5 de noviembre - Eucaristía para los demás

En la grandísima mayoría de los casos, aquel “dar la vida” que nos pide Jesús, no se cumple con la efusión de la sangre, sino en el día a día, en tantos pequeños gestos, en el ponernos al servicio de los demás, incluso de aquellos que, por algún motivo, pueden parecer “inferiores” a nosotros. (…)

Servir significa volverse “eucaristia” para los demás, identificarnos con ellos, compartir sus alegrías, sus dolores, aprender a pensar con su cabeza, a sentir con su corazón, a vivir en ellos: “caminar con sus mocasines”, como dice un proverbio indiano.

Card. François-Xavier Van Thuan



Testimoni della speranza
Città Nuova, Roma 200810, pp. 96-97
(La traducción es nuestra)

miércoles, 4 de noviembre de 2009

4 de noviembre - Generar a Cristo


Que todas vuestras cosas sean hechas en la caridad, así podremos superar todas las dificultades que, innumerables debemos experimentar día a día; y así tendremos la fuerza para generar a Cristo en nosotros y en los demás.

San Carlos Borromeo





Acta Ecclesiae Mediolanensis
Milán 1599, p. 1178
(La traducción es nuestra)

martes, 3 de noviembre de 2009

3 de noviembre - Cabeza, es decir, siervo


Jesucristo es Cabeza de la Iglesia, su Cuerpo. Es «Cabeza» en el sentido nuevo y original de ser «Siervo», según sus mismas palabras: «Tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10, 45). El servicio de Jesús llega a su plenitud con la muerte en cruz, o sea, con el don total de sí mismo, en la humildad y el amor: «se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz ...» (Flp2, 78). La autoridad de Jesucristo Cabeza coincide pues con su servicio, con su don, con su entrega total, humilde y amorosa a la Iglesia. Y esto en obediencia perfecta al Padre: él es el único y verdadero Siervo doliente del Señor, Sacerdote y Víctima a la vez.

Este tipo concreto de autoridad, o sea, el servicio a la Iglesia, debe animar y vivificar la existencia espiritual de todo sacerdote (...) De este modo los ministros (...) podrán ser «modelo» de la grey del Señor que, a su vez, está llamada a asumir ante el mundo entero esta actitud sacerdotal de servicio.



Juan Pablo II

Pastores dabo vobis, 21

domingo, 1 de noviembre de 2009

2 de noviembre: El abrazo con el Padre


En el momento en el cual cerraré los ojos a esta tierra, la gente que estará cerca dirá: está muerto. en realidad es mentira. Estoy muerto para quien me ve, para quien está allí. Mis manos estarán frías, mis ojos ya no podrán ver más. pero en realidad la muerte no existe porque apenas cierro los ojos a esta tierra me abro al infinito de Dios. Nosotros lo veremos, como dice san Pablo, cara a cara, así como Él es (1Cor 13,12). Y se realizará aquella palabra que la Sabiduría dice en el Capítulo 3: Dios ha creado al hombre inmortal,para la inmortalidad, según su naturaleza lo ha creado (Cf. Sab 3,23).

Dentro de nosotros ya está, por tanto, la inmortalidad, por lo cual la muerte no es otra cosa que el irrumpir completamente mi propia identidad, mi ser con Dios. La muerte es el momento del abrazo con el Padre, esperado intensamente en el corazón de cada hombre, en el corazón de toda creatura.


Oreste Benzi
Testamento spirituale

(La traducción es nuestra)

1 de Noviembre - Los santos: espejos de Jesús


Los santos son como muchos pequeños espejos en los cuales Jesucristo se contempla.

En sus apóstoles [Jesús] contempla su celo y su amor por la salvación de las almas; en los mártires contempla su paciencia, sus sufrimientos y su muerte dolorosa; en los solitarios, él ve la vida oscura y escondida; en las vírgenes, admira su pureza sin mancha, y en todos los santos, su caridad sin límites, de modo que, admirando las virtudes de los santos, no hagamos otra cosa que admirar las virtudes de Jesucristo.

No todos los santos comenzaron bien, pero todos concluyeron bien.


San Juan María Vianney

Escritos escogidos
Città Nuova, Roma 1975, p. 94
(La traducción es nuestra)