viernes, 5 de marzo de 2010

4 de marzo - Amor incomprensible


La cosa más maravillosa del Dios hecho hombre es que muró por nosotros. (…) Uno comprende que debe resurgir, comprende la resurrección, comprende este inicio del poseer las cosas desde su raíz, lo que es la ascención al cielo; pero lo que uno no comprendería, lo que uno no se imaginaría, lo que uno no podría nunca suponer es que Dios haya muerto por uno. Y esto despierta una inmensa conmoción en el hombre pecador.
«Simón, ¿me amas?». Y no: «Fallaste, me traicionaste»; «Simón, ¿me amas?». Es ésta la gran revolución moral que ha traído al mundo el cristianismo: la moral es un amor que procura ser aplicado, que suplica poderse aplicar, que invoca, que mendiga.
«El amor que Cristo nos ha demostrado nos consume sólo de pensar que si uno ha muerto por todos, murió para que no vivan ya para sí mismos, sino para Aquel que murió y resucitó por nosotros». Así se repite, en la pasión que me urge en el alma, eso que me toca hacer a mí; soy llamado al ideal, mientras me consumo para que el ideal llegue a los demás.


LUIGI GIUSSANI
Parole ai preti
SEI, Torino 1996, pp. 69-70

No hay comentarios:

Publicar un comentario