miércoles, 30 de diciembre de 2009

30 de diciembre - Comunidad de hermanos

¿Están unidos los fieles en el amor, en la caridad de Cristo? Ciertamente esta es una parroquia viva; aquí está la verdadera Iglesia; puesto que es fecundo, entonces, el fenómeno divino-humano que perpetúa la presencia de Cristo entre nosotros (…).
¡Oh cuán estupendo sería que nuestras parroquias demostraran bien lo que debe ser la sociedad cristiana! Esto es: gente, antes desconocida, grupos diferentes por sus costumbres, educación, origen, edad, etc., que, encontrándose en la iglesia, se revelan y se sienten núcleos de hermanos. Se vuelven amigos, de dan la mano el uno al otro, no hablan mal del prójimo y buscan en cambio, donde hay un enfermo para asistirlo, donde un desempleado para socorrerlo, dondequiera, en una palabra, hay una acción buena que cumplir en favor del prójimo, tener enseguida corazón y compromiso para decir: aquí está Cristo que nos llama.
Recordad la solemne palabra de Cristo: «Os reconocerán en verdad como mis discípulos, si os amáis unos a otros»; si ha de vibrar la simpatía querida más que vivida, creada por nosotros más que espontánea, con esa amplitud de corazón y esa capacidad de generar el cristo en medio nuestro, que se deriva precisamente del sentirnos unidos en él y por él.

Paolo VI
A la parrocchia de S. Maria Consolatrice
Insegnamenti/2, Città del Vaticano 1964, pp. 1072-1073
(La traducción es nuestra)

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