martes, 12 de enero de 2010

12 de enero - Si en una ciudad se encendiese el fuego

Si en una ciudad se encendiese el fuego en diversos puntos, aunque fuese modesto, pero que resistiera todos los embates, en poco tiempo la ciudad quedaría incendiada . Si en una ciudad, en los puntos más apartados, se encendiese el fuego que Jesús ha traído a la tierra y este fuego resistiese al hielo del mundo gracias a la buena voluntad de sus habitantes, tendríamos en no mucho tiempo la ciudad incendiada con el amor de Dios.

El fuego que Jesús ha traído a la tierra es Él mismo, es caridad: ese amor que no sólo une las almas con Dios , sino entre ellas. De hecho, un fuego sobrenatural encendido significa el continuo triunfo de Dios en almas a Él donadas y porque están unidas a Él, lo están entre ellas.

Dos o más almas fundidas en el nombre de Cristo, que no sólo no tienen temor ni vergüenza de declararse recíprocamente y explícitamente su deseo de amor de Dios, sino que hacen de la unidad entre ellos en Cristo su Ideal, son una potencia divina en el mundo. Y en cada ciudad estas almas pueden surgir en las familias: papá y mamá, hijo y padre, nuera y suegra; pueden encontrarse en las parroquias, en las asociaciones, en las sociedades humanas, en las escuelas, en las oficinas, dondequiera.


Chiara Lubich

Scritti Spirituali/1
Città Nuova, Roma 19913, p. 70
(La traducción es nuestra)

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