domingo, 3 de enero de 2010

3 de enero - Cristo en el rostro de la Iglesia

La primera frase de la Constitución sobre la Iglesia aclara inmediatamente que el Concilio no considera la Iglesia como una realidad cerrada en sí misma, sino que la ve a partir de Cristo: «Cristo es la luz de las gentes, y este sacro Concilio, reunido en el Espíritu Santo, desea ardientemente que la luz de Cristo, reflejada en el rostro de la Iglesia, ilumine a todos los hombres ... ».
En el trasfondo reconocemos la imagen presente en la teología de los Padres, que ve en la Iglesia la luna, la cual no tiene luz propia, sino que refleja la luz del sol, Cristo. La eclesiología se manifiesta como dependiente de la cristología, ligada a ella. Mas, puesto que nadie puede hablar de Cristo, del Hijo, sin hablar a la vez del Padre y, puesto que no se puede hablar correctamente de Padre e Hijo sin ponerse a la escucha del Espíritu Santo, la visión cristológica de la Iglesia se extiende necesariamente hacia una eclesiología trinitaria (LG 2-4). El discurso sobre la Iglesia es un discurso sobre Dios, y sólo así es correcto.

Card. Joseph Ratzinger
L’ecclesiologia della Costituzione Lumen gentium
Nuova Umanità 22 (2000/3-4) p. 396
(La traducción es nuestra)

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