jueves, 7 de enero de 2010

7 de enero - Células vivas


Si miras a tu alrededor, para ciertas ciudades por donde pasas, (…) dirías que es utopía el testamento de Jesús si no pensaras en él, que también vio un mundo semejante a éste y, que en el culmen de su vida, pareció derrotado por él, vencido por el mal. (…)

Él miraba al mundo tal como lo vemos nosotros, pero no dudaba. Oraba de noche allá arriba, al Cielo y al Cielo dentro de Sí: el Ser verdadero, el Todo concreto, mientras afuera, por las calles caminaba la nulidad que pasa.

Es necesario que hagamos como hizo él (…). Te darás cuenta entonces que, ya no con los ojos apagados, miras el mundo y las cosas, pero no las miras tú: es Cristo quien mira en ti, y vuelve a ver ciegos por iluminar y mudos por hacer hablar y cojos por hacer caminar. Ciegos a la visión de Dios dentro y fuera de ellos, cojos inmovilizados, desconocedores de la divina voluntad que desde el fondo de su alma les impulsa al movimiento eterno que es amor.

Ves y descubres (…) tu yo verdadero, que es Cristo, la realidad verdadera de ti en ellos y, habiéndolo encontrado, te unes con él en el hermano. De este modo enciendes una célula del Cuerpo de Cristo, célula viva, focolar de Dios, que tiene el fuego para comunicar a los demás y con éste, también la luz.

Chiara Lubich



Scritti Spirituali/2
Città Nuova, Roma 19972, p. 161
(La traducción es nuestra)

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