jueves, 28 de enero de 2010

28 de enero: El gran distintivo de la Iglesia


¿Cómo se llama esta fuerza que cohesiona, que mantiene siempre unido el cuerpo parroquial, la humanidad deseosa de estar unida en Cristo? Lo saben todos: se llama la caridad. ¡Don portentoso, inefable virtud!
Proviene de Dios, porque es su amor comunicado a los hombres, y se difunde de individuo a individuo. Desciende del cielo, cual río benéfico, la bondad de Dios que ama a los hombres y los invita, como por un impulso interior, a amarse entre ellos.
Es la gran ley constitutiva de la Iglesia. Si, teóricamente, la caridad es fácil de enunciarse, bella para proclamarse, común en profesarse, en la práctica, en cambio, es muy exigente y difícil. Sin embargo, no sólo es posible, sino que siempre puede realizarse. Es el gran distintivo que indica el grado de la vida eclesiástica.

Pablo VI
Alla parrocchia di S. Maria Consolatrice
Insegnamenti/2, Città del Vaticano 1964, pp. 1072-1073

(La traducción es nuestra)

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