viernes, 12 de febrero de 2010

13 de febrero - Una relación de hijos

La obediencia, en el seno de la Iglesia y de las comunidades eclesiales, adquiere la dimensión de servicio para la edificación del único cuerpo.

Obedecer al obispo es obedecer a quien es instrumento de Dios para la salvación, es obedecer a Dios mismo. San Ignacio de Antioquía escribe: "Sé que vuestros santos presbíteros no han abusado del aspecto juvenil de vuestro obispo, mas como personas que tienen el sentido de Dios, se someten a él, más aún, no a él sino al Padre de Jesucristo que es el obispo universal" (Ad Magn. 3, 1).

Y San Jerónimo: "Sométete al obispo y considéralo el padre de tu alma. Los hijos aman; son los siervos los que tienen temor" (Cartas 52,7).



SILVANO COLA
Scritti e testimonianze
Gen's. Grottaferrata 2007, p.87

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