domingo, 7 de febrero de 2010

7 de febrero - Renuncia a la autonomía


En el Evangelio de Juan encontramos muy a menudo estás palabras de Jesús: «Lo que yo os digo no viene de mí sino del Padre ..., las obras que yo hago no son mías sino del Padre ...».
Jesús parece renunciar a toda autonomía frente al Padre; pierde toda autonomía, mas es Jesús, esa persona humano-divina, encarnada en la historia, aparentemente condicionada por la cultura y por las estructuras del tiempo, pero realmente libre, tanto que fue capaz de ofrecer la propia vida y morir "por" la humanidad.
Y nadie tiene amor más grande,es decir, nadie es tan cercano a la perfección de Dios, como quien da la vida por los demás. Ahora bien, el dar la vida implica el desapego de sí mismos y de las personas, renunciar a los propios bienes y a las propias ideas, a la propia cultura, a la propia formación espiritual, a las propias iniciativas. En fin, vivir los consejos evangélicos. (…)
¿Qué es entonces la obediencia sino pobreza: no ser, y no tener? ¿Qué es la obediencia sino castidad, es decir ser sencillos, privados de apegos a sí mismos y a los demás y a las cosas?

Silvano Cola
Scritti e testimonianze
Gen’s, Grottaferrata 2007, p. 75

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