martes, 16 de febrero de 2010

16 de febrero - Libertad de sí mismo

La obediencia es pobreza de sí mismo. Se dice que es la cosa más difícil, porque es más fácil renunciar a algo o alguien que están siempre "fuera" de mi, pero renunciar a sí mismo parece arduo.
Quizás es porque no hemos comprendido lo necesaria y constructiva que es esta renuncia, puesto que los condicionamientos más fuertes de nuestra libertad nos vienen precisamente del apego a nosotros mismos. Porque tendemos, como creaturas que somos, a afirmarnos a nosotros mismos frente a los demás, mientras la ley de la vida es precisamente negarse para afirmar al otro. (…)
¿Qué es a fin de cuentas la obediencia? Es total caridad. Cuando eres totalmente amor, (…) no haces ya tu voluntad sino la del otro, no eliges ya tu iniciativa personal, sino que tratas de promover la iniciativa del otro. Y si por casualidad, el prójimo que tienes al lado o que vive contigo hace lo mismo hacia ti, en este intercambio de amor está el Amor.
Entonces, ya dejó de ser la iniciativa tuya o del otro, tu voluntad o la del otro lo que se pone en evidencia, sino la voluntad de Dios.

Silvano Cola

Scritti e testimonianze
Gen’s, Grottaferrata 2007, pp. 74-75

No hay comentarios:

Publicar un comentario