Agradece a Dios por los éxitos y, con un corazón alegre, agradécele igualmente por los fracasos, porque Dios quiere probarte para ver si trabajas por él o por voluntad tuya.
La alegría y el entusiasmo son más difíciles en el momento del fracaso que en tiempos afortunados. Aquellos que son capaces de esto son de verdad unos héroes que se pueden contar con los dedos de la mano.
Card. François-Xavier Van Thuan
Il cammino della speranza
Città Nuova, Roma 2004, pp. 105-106
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