domingo, 23 de mayo de 2010
23 de mayo: Con fuerza arrolladora
Cuando los discípulos estaban reunidos con María, el Espíritu Santo descendió sobre ellos con vehemencia y ellos hablaron palabras de vida con una fuerza arrolladora y convencieron a miles de hombres a que siguieran a Jesús. Y bautizaron y edificaron la Iglesia.
Con María... Era la presencia del amor. De un amor nuevo.
Si los cristianos nos amásemos como si María, nuestra Madre, estuviese entre nosotros, creo que tendríamos una mayor comprensión de la Palabra de Dios predicada por los sucesores de los apóstoles, y ésta penetraría en nosotros y en los demás tan fuertemente, que desencadenaría alrededor de nosotros la revolución cristiana.
Chiara Lubich
sábado, 22 de mayo de 2010
22 de mayo: Cómo resolver los problemas
Se podrían enumerar muchos problemas (...) y que es preciso resolver, pero todos ellos sólo se pueden resolver si se pone a Dios en el centro, si Dios resulta de nuevo visible en el mundo, si llega a ser decisivo en nuestra vida y si entra también en el mundo de un modo decisivo a través de nosotros.
A mi parecer, el destino del mundo en esta situación dramática depende de esto: de si Dios, el Dios de Jesucristo, está presente y si es reconocido como tal, o si desaparece. Nosotros queremos que esté presente. En definitiva, ¿qué debemos hacer para ello? Dirigirnos a él. Celebrar la misa votiva del Espíritu Santo, invocándolo: "Lava quod est sordidum, riga quod est aridum, sana quod est saucium. Flecte quod est rigidum, fove quod est frigidum, rege quod est devium" (Lava lo que está sucio, riega lo que está seco, sana lo que está herido. Dobla lo que está rígido, calienta lo que está frío, endereza lo que está torcido).
Invoquémoslo para que riegue, caliente, enderece; para que nos infunda la fuerza de su fuego santo y renueve la faz de la tierra.
Benedicto XVI
miércoles, 19 de mayo de 2010
14 de mayo - Estudio constante y liberador
jueves, 13 de mayo de 2010
13 de Mayo - Vivir y conocer la Palabra . N. SRA. DE FÁTIMA
miércoles, 12 de mayo de 2010
12 de mayo - Examen de conciencia sobre el ágape- IIº
11 de mayo - Examen de conciencia sobre el ágape- Iº
lunes, 10 de mayo de 2010
10 de mayo - Perfil mariano
domingo, 9 de mayo de 2010
9 de mayo - La Iglesia es Mujer
sábado, 8 de mayo de 2010
8 de mayo - Con los ojos de María
viernes, 7 de mayo de 2010
7 de mayo - Relación filial
Al ser proclamada por Jesús madre de un sacerdote, y siendo sobre todo la madre de Jesús, Sumo Sacerdote, María se convirtió de modo especialísimo en la madre de los sacerdotes. Ella ha recibido la misión de velar por el desarrollo de la vida sacerdotal en la Iglesia, desarrollo íntimamente ligado al de la vida cristiana.
Jesús no se limitó a confiar a María esta misión con respecto a los sacerdotes. Se dirigió también a Juan para introducirlo en una relación filial con María: "Ahí tienes a tu madre" (Jn 19, 27). Deseaba que el discípulo reconociera en María a su propia madre y que sintiese por ella un profundo afecto.
A este deseo del Maestro crucificado el discípulo predilecto respondió enseguida acogiendo a María en su casa. Según la tradición, él vivió los primeros años de su ministerio apostólico en compañía de Aquella que le había sido dada como madre, encontrando en ella una ayuda incomparable.
Juan Pablo II
Angelus 11 de febrero 1990
jueves, 6 de mayo de 2010
6 de mayo: La nueva familia
La maternidad de María, que comenzó con el fiat de Nazaret, culmina bajo la cruz. Si es verdad, como observa san Anselmo, que "desde el momento del fiat María comenzó a llevarnos a todos en su seno", la vocación y misión materna de la Virgen con respecto a los creyentes en Cristo comenzó efectivamente cuando Cristo le dijo: “Mujer, ahí tienes a tu hijo" (Jn 19, 26).
Viendo desde lo alto de la cruz a su Madre y a su lado al discípulo amado, Cristo agonizante reconoció la primicia de la nueva familia que había venido a formar en el mundo, el germen de la Iglesia y de la nueva humanidad. Por eso, se dirigió a María llamándola "mujer" y no "madre"; término que sin embargo utilizó al encomendarla al discípulo: “Ahí tienes a tu madre" (Jn 19, 27).
El Hijo de Dios cumplió así su misión: nacido de la Virgen para compartir en todo, excepto en el pecado, nuestra condición humana, en el momento de regresar al Padre dejó en el mundo el sacramento de la unidad del género humano: la familia "congregada por la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
Benedicto XVI
Homilía en Éfeso
29 de noviembre de 2006
lunes, 3 de mayo de 2010
3 de mayo - María, estilo de vida
domingo, 2 de mayo de 2010
2 de mayo . Dar la luz
sábado, 1 de mayo de 2010
1º de mayo - Revolución evangélica
La Charta Magna de la doctrina social cristiana comienza allí donde María canta: "Derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos despide vacíos" (Lc 1, 52-53).
viernes, 30 de abril de 2010
30 de abril - Cercano a todos, por encima de todos
jueves, 29 de abril de 2010
29 de abril - Creaturas angélicas
miércoles, 28 de abril de 2010
28 de abril - Hombres libres para volar!
martes, 27 de abril de 2010
27 de abril - La red de los que creen
26 de abril - Cristo colma nuestros ceros
25 de abril - El amor más allá de todo amor
24 de abril - Revalorizar el amor en la vida social
23 de abril - Hasta las raíces
jueves, 22 de abril de 2010
22 de abril - Una vida más bella
lunes, 19 de abril de 2010
19 de abril - La solución a todo problema
domingo, 18 de abril de 2010
18 de abril . La Iglesia, Trinidad en el tiempo
viernes, 16 de abril de 2010
16 de abril - Volver a lo esencial
Éramos una pequeña semilla, éramos pocos, pero nuestro compromiso diario fue decir: "Estamos aquí para dar a luz a Jesús entre nosotros." La única razón para permanecer juntos (...) para empezar y volver a empezar a vivir la Palabra, para intercambiar experiencias, para servir, era hacer posible esta presencia de Jesús, del Resucitado entre nosotros. (...)
Al ver la riqueza de estos pueblos y sus culturas religiosas, me dije: (...) no bastan las teorías, no bastan las filosofías, no bastan ni siquiera tantos aspectos culturales, si no somos capaces, como cristianos, ofrecer la presencia del Resucitado en medio de nosotros. (...)
Estoy convencido de que debemos volver a lo básico y volver a descubrir que si en los albores del cristianismo el kerigma era Jesús resucitado, también hoy en día no puede haber otro kerigma, otro anuncio, sino el Resucitado.
jueves, 15 de abril de 2010
15 de abril - El legado para el siglo XXI
Se trata de un patrimonio para nosotros los cristianos del siglo XXI: para abrazar y para elegir. Es un legado para abrazar en la vida cotidiana, en las pequeñas y grandes dificultades, en el despojarse de toda agresividad, de todo odio, de toda violencia. El legado de los mártires se acepta cada día en una vida llena de amor, mansedumbre, fidelidad. Isaac el Sirio escribió: "Déjate perseguir, pero tú no persigas. Déjate crucificar, pero tú no crucifiques. Déjate ultrajar, pero tú no ultrajes. "
miércoles, 14 de abril de 2010
martes, 13 de abril de 2010
13 de abril: Tomad y comed
No es posible repetir las palabras de la consagración sin sentirse implicados en este movimiento espiritual. En cierto sentido, es también sobre sí mismo de quien el sacerdote debe aprender a decir, con verdad y generosidad: “Tomad y comed”. Su vida, de hecho, tiene sentido si él se hace don, poniéndose a disposición de la comunidad y al servicio de cualquiera que esté necesitado.
Precisamente Jesús se esperaba esto de sus Apóstoles, como lo subraya el evangelista Juan narrando el lavatorio de los pies. También el pueblo de Dios se espera esto del sacerdote (…) El sacerdote actualiza en su propia carne aquel “tomad y comed” con el cual Cristo, en la Última Cena, se confió a sí mismo a la Iglesia.
Juan Pablo II
Lettera ai sacerdoti
Giovedì Santo 2005, n. 3
domingo, 11 de abril de 2010
11 de abril: Dios mismo nos alimenta
Pero también el alma debe nutrirse… Cuando Dios quiso dar una nutrición a nuestra alma para sostenerla en la peregrinación de la vida, Él posó su mirada sobre la creación y no encontró nada que fuese digno. Entonces se replegó sobre sí y decidió darse él mismo… Oh, alma mía, cuánto eres grande, precisamente porque sólo Dios puede saciarte!
San Juan Maria Vianney
Scritti scelti
Città Nuova, Roma 1975, p. 95