domingo, 11 de octubre de 2009

11 octubre - Lenguaje para todos

Alguno podrá decir: yo no tengo memoria y me falta la elocuencia para proclamar la Palabra de Dios. Me temo que esta excusa no puede servir de defensa en el tremendo juicio, a nosotros que sabemos bien cómo nuestro Señor ha elegido para anunciar su Palabra no a profesores y rectores, sino a pescadores sin instrucción y a guardianes de rebaños, del todo pobres y despreciables.
Igualmente, si uno encuentra en un sacerdote una elocuencia profana bella y del todo redundante (…) está ciertamente fuera de lugar, si se quisiera hablar en la iglesia ya que su exhortación no podrá ser comprendida por toda la grey del Señor,como conviene, sino que su discurso alcance a duras penas un exiguo número de personas cultas.
Por esto los obispos deben predicar a los fieles con un lenguaje sencillo y común que todos puedan entender,haciendo lo que dice el apóstol: «Yo me he hecho todo a todos, para ganarlos a todos», y según el santo y saludable consejo del beato Jerónimo que dice: «Conviene que el sacerdote que predica, provoque más a la contrición que al aplauso».

Cesario di Arles
Sermones 1, 15
(La traducción es nuestra)

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