sábado, 3 de octubre de 2009

4 de octubre - Son mis señores


De este modo me concedió el Señor a mí, el hermano Francisco, (…) y me da tanta fe en los sacerdotes, que viven conforme a las normas de la santa Iglesia romana, por razón de su ordenación, que, si me persiguieren, quiero acudir a ellos mismos.
Y, aunque yo tuviese tanta sabiduría como la que tuvo Salomón, y encontrase a los sacerdotes pobrecillos de este mundo en las parroquias en que viven, no quiero predicar contra su voluntad.
Y a ellos y a todos los demás quiero amar y honrar como a señores míos. Y no quiero fijarme en si son pecadores, porque yo descubro en ellos al Hijo de Dios, y son mis señores. Y lo hago por esta razón: porque lo único que veo corporalmente, en este mundo, de ese mismo Altísimo Hijo de Dios, es su santísimo cuerpo y su santísima sangre, que ellos reciben y sólo ellos administran a los demás.


San Francisco de Asís
Testamento

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